Victimología

Una de las fuentes de información para elaborar el perfil criminal es la información victimológica.

La víctima puede aportarnos mucha información acerca de las características del criminal y la dinámica delictiva, es decir, la interacción entre víctima y agresor. Si la víctima está muerta, la información acerca de ésta puede aportarnos información para realizar el perfil.

Tipología de Víctimas

La víctima juega un papel en el crimen que se ha cometido contra ella, es evidente que el criminal aprovechó un momento de vulnerabilidad de ésta o la llevó a un estado de vulnerabilidad.

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El riesgo de la víctima se relaciona con el riesgo para el criminal al cometer el crimen y eso no da información sobre éste para realizar el perfil criminológico

Es muy importante establecer hipótesis acerca de cuándo y cómo contactó el agresor con la víctima. También es importante establecer porqué escogió a esa persona en concreto, o si la víctima fue escogida al azar. Las respuestas a estas preguntas nos permitirán deducir información sobre el agresor.

Para valorar el riesgo de la víctima se utilizan factores tales como la edad, el sexo, el estilo de vida, etc. Una víctima puede ser de alto riesgo (mujeres jóvenes, ancianos, niños, prostitutas, etc.), de riesgo moderado, o de riesgo bajo (aquellas personas cuya profesión, estilo de vida, etc. hacen difícil que se conviertan en víctimas).

El riesgo para la víctima se relaciona de forma inversa con el riesgo para el agresor al cometer el crimen (cuanto más alto sea el riesgo para una víctima, menor será para el agresor, y viceversa).

Por ejemplo, secuestrar a un hombre joven y fuerte en medio de la calle durante el día supone un riesgo elevado para el agresor, lo que nos sugiere algo sobre éste (es posible que esté obrando bajo ciertos estresores personales y no sea capaz de reflexionar adecuadamente, es posible que necesite excitarse con el riesgo, puede ser extremadamente impulsivo o poco inteligente, etc.).

Información victimológica

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La información que debemos recabar sobre la víctima es la siguiente:

   – Rasgos físicos: el agresor puede seleccionar a sus víctimas en función de su edad, sexo (las mujeres jóvenes son vistas como más vulnerables por lo que son frecuentemente victimizadas), tipo de vestido, apariencia general, color del pelo, etc.

   – Estilo de vida: las actividades diarias de la víctima nos proporcionan información de su círculo de amigos, así como de aquellos que pueden haber entrado en contacto con la víctima por casualidad. Debemos obtener información acerca de sus “hobbies”, intereses, actividades, etc.

   – Profesión: en el trabajo, el número de relaciones personales y de personas conocidas aumenta. También deben tenerse en cuenta trabajos anteriores al actual. Una educación especial o superior puede sugerir conferencias, reuniones, asociaciones, etc. donde la víctima habrá establecido contacto con otras personas.

   – Educación: debemos investigar pasados amigos, relaciones en la universidad, asociaciones a las que pertenecía, etc.

   – Residencia: la ubicación del hogar de la víctima puede tener su importancia en el porqué ésta ha sido victimizada. Debemos obtener información acerca del vecindario, sus tasas de criminalidad, la raza o etnia predominante, etc. (aunque en la mayoría de violaciones y asesinatos el agresor y víctima son de la misma raza, esto puede no ser así si la víctima vive en una zona con una composición racial diferente a su raza). Los vecinos actuales y pasados de la víctima pueden proporcionar información interesante.

   – Historial médico: puede ayudar a la identificación de la víctima asesinada (por ejemplo, radiografías dentales, etc.). En víctimas violadas, es necesario conocer si ésta sufría o sufre de alguna enfermedad venérea, es posible que se la haya transmitido al agresor o a la inversa. El historial psiquiátrico debe ser examinado cuidadosamente, es un indicador de si la conducta de la víctima es coherente con su vida diaria y actividades.

   – Historia psicosexual : puede ser útil conocer algunos aspectos de la historia sexual de la víctima (si tenía muchas parejas sexuales, un amante, asistía a locales de alterne, etc.).

   – Antecedentes penales: información acerca de arrestos policiales, asistencia en tribunales de justicia (como testigo, víctima o acusado).

   – Últimas actividades: debemos dedicar una atención especial a las actividades realizadas poco antes del crimen (rutas seguidas por la víctima, actividades sociales, llamadas telefónicas recibidas, etc.).

A parte de la información victimológica, también es necesario recabar otros tipos de información (haz click en los enlaces):

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